Algunas de ustedes pueden tener la percepción de que las frutas son ricas en nutrientes que no causarán subir de peso. Comer muchas frutas puede incluso ayudar al bebé a tener una complexión saludable. Sin embargo, además del 90% de agua, las frutas también contienen glucosa, fructosa, sacarosa y vitaminas. Estos azúcares pueden ser fácilmente digeridos, y la fructosa y glucosa pueden ser convertidos en triglicéridos, un tipo de grasa que fácilmente conduce a la ganancia de peso y colesterol alto en la sangre. Por ello, las madres embarazadas no deben comer más de 300 gramos de frutas al día.