El color de la popó
Las primeras evacuaciones de un recién nacido suelen tener una consistencia espesa, ser de color negro o verde oscuro y se llaman meconio. Después de que se elimina el meconio, las heces pueden tomar un tono amarillo o verdoso, lo cual es totalmente normal en los bebés.
Las heces de los bebés alimentados con leche materna suelen ser de color amarillo mostaza con partículas similares a semillas y su consistencia suele ser bastante blanda. Esto generalmente indica que la leche está pasando rápidamente por su sistema digestivo, ya que el color amarillo proviene de las bacterias naturales del intestino y la bilis.
La popó también puede ser de color amarillo puro, amarillo-anaranjado o amarillo-verde. La popó de color amarillo podría ser a causa de alimentos o medicamentos que consumió la mamá, como camotes, cúrcuma o zanahorias.
La consistencia de la popó
La consistencia de las heces puede variar desde muy suave hasta líquida mientras que el bebé no consuma alimentos sólidos. Los bebés alimentados con fórmula suelen hacer popó de color amarillo pálido o café, y también suelen ser más firmes que las de un bebé alimentado con leche materna. Ya sea que tu bebé sea amamantado o alimentado con fórmula, las heces duras o muy secas pueden ser una señal de deshidratación.
Las heces de color amarillento se consideran normales en un recién nacido y no deberían causar preocupación por sí mismas.
La popó de los bebés exclusivamente amamantados suele ser similar a la mostaza. Es de color amarillo, café claro o verde; tiene una consistencia muy húmeda y puede ser grumosa, pastosa, cremosa o blanda. A diferencia de lo que podrías esperar, el olor de esta popó puede ser ligeramente dulce.
Los bebés que se alimentan con fórmula suelen tener heces más espesas que los bebés amamantados. El color varía desde un amarillo pálido hasta café verdoso, café claro o café amarillento. Su olor es similar al popó regular, aunque no tan fuerte como el de un bebé que ha comenzado a comer alimentos sólidos.
La popó amarilla normalmente ocurre con diarrea. La diarrea es una de las enfermedades más comunes que afecta a los bebés. Por lo general, es el resultado de una enfermedad a corto plazo, como una infección o una intoxicación alimentaria. Sin embargo, en algunos casos, una enfermedad subyacente podría ser la causa de la diarrea.
Los bebés que sufren de diarrea pierden mucha agua, por lo que es indispensable darles suficientes líquidos para prevenir los efectos secundarios de la deshidratación. Sin embargo, recuerda que los bebés menores a seis meses no deben consumir nada que no sea leche materna o de fórmula. A partir de los seis meses, puedes introducir agua natural poco a poco a la dieta de tu bebé. Para bebés mayores de doce meses, puedes darles bebidas hidratantes y nutritivas, como agua de coco.
Si una enfermedad es la causa de la diarrea del bebé, entonces deberás seguir las indicaciones de tu pediatra para aliviar esta enfermedad y rehidratar a tu bebé. En cualquier situación, la diarrea en bebés siempre debe ser supervisada por un médico.
Una diarrea repentina que dura uno o dos días se llama diarrea aguda. Si la diarrea persiste durante 4 semanas o más, entonces se considera diarrea crónica. Dependiendo de las causas, la diarrea puede ir acompañada de otros síntomas, como dolor abdominal, fatiga, vómito y fiebre.
Si tu bebé padece diarrea aguda, entonces debería mejorar en unos cuantos días. Mientras tanto, asegúrate de darle suficientes líquidos a tu bebé para ayudar a que se mantenga bien hidratado si ya tiene la edad necesaria para consumir líquidos. También recuerda consultar a un pediatra para asegurar la salud de tu bebé.
Sin embargo, si tu bebé ya lleva más de un par de semanas con diarrea, entonces es posible que padezca de diarrea crónica. Si ese es el caso, lleva a tu bebé al doctor de inmediato para prevenir los problemas más comunes de la diarrea crónica, como la deshidratación y la malabsorción.
Las heces de tu bebé pueden presentar diversas tonalidades de amarillo durante los primeros meses, dependiendo de con qué le estés alimentando: fórmula o leche materna, o alimentos y medicamentos que estés tomando (como camotes, cúrcuma o zanahorias). Por ello, las heces amarillas en bebés son normales y no son motivo de preocupación, a no ser que haya otros síntomas como diarrea.
Las heces de los bebés son mucho más suaves que las de los adultos. Sin embargo, si las heces de tu bebé se vuelven amarillas y líquidas, ocurren en grandes cantidades y con más frecuencia, entonces tu bebé podría tener diarrea.
Las causas de la diarrea en bebés incluyen infecciones, intoxicación alimentaria o virus. Una diarrea sin intervención puede ocasionar la deshidratación en los bebés, lo cual puede ser peligroso. Asegúrate de darle suficientes líquidos a tu bebé de acuerdo a su edad, mantener una buena higiene, alimentarlo con una dieta adecuada y consultar a un médico para dar el seguimiento adecuado.